Equilibrio
"Queríamos reescribir el futuro, todos nuestros futuros, y hemos acabado con una sola página vacía."
-Don DeLillo. Cero K
Catarsis Emocional
Cuando las emociones nos bloquean y nos saturan, intentamos poner auto-control .
Nos han enseñado que no está bien llorar, ni que nos vean mal. Y por eso, procuramos presentarnos ante los otros, enteros, felices, fuertes, aunque por dentro estemos a punto de estallar, y nos sintamos vulnerables, débiles, emocionados…
Así, procuramos esconder lo que sentimos, reprimirlo, vivir como si no me sintiera como me siento, es decir, negándome a mí mismo/a.
Y llega el día, en el que no puedo más, me siento cansado/a, agotado/a, con ganas de dejarlo todo, y ese día, me desbordo, mis emociones se desatan, no puedo controlarlas, afloran sin permiso, y me siento muy mal…
A la misma vez, mi cuerpo responde físicamente dolorido, con enfermedad, reacciones físicas, molestias…
Eso es la Catarsis Emocional, cuando sufro un colapso emocional, mis emociones me bloquean, me paralizan, ya no puedo ser fuerte y contenerlas, me siento vencido, pequeño, como si el mundo fuese un lugar peligroso para mí, todo me daña, y me causa dolor, nadie me comprende…
Es precisamente éste momento catártico, el que he querido evitar durante mucho tiempo, durante el cual me he mostrado fuerte, impasible, valiente y por ello había conseguido el “auto-control”, tan necesario para sentirme equilibrado/a.
Sin embargo, todo recipiente acaba llenándose, y tenía que ocurrir.
Si analizamos y observamos la “explosión emocional”, nos daremos cuenta de que no surgió de la nada, sino que durante un tiempo impredecible, he estado “aguantando” y no permitiendo que aflorasen mis sentimientos más profundos, algunos, inconscientes. Por tanto, podríamos decir, que si los negaba, no les permitía salir, en realidad, no los aceptaba.
Y si seguimos buceando, quizás descubramos pensamientos de “auto-exigencia”, como por ejemplo, “tengo que estar bien”, y por ello, me reponía, ocultaba mis emociones más profundas, y “gracias a ello”, podía seguir viviendo, con la sensación “falsa” de control y equilibrio.
Nos han enseñado que no está bien llorar, ni que nos vean mal. Y por eso, procuramos presentarnos ante los otros, enteros, felices, fuertes, aunque por dentro estemos a punto de estallar, y nos sintamos vulnerables, débiles, emocionados…
A la misma vez, mi cuerpo responde físicamente dolorido, con enfermedad, reacciones físicas, molestias…
Eso es la Catarsis Emocional, cuando sufro un colapso emocional, mis emociones me bloquean, me paralizan, ya no puedo ser fuerte y contenerlas, me siento vencido, pequeño, como si el mundo fuese un lugar peligroso para mí, todo me daña, y me causa dolor, nadie me comprende…
Es precisamente éste momento catártico, el que he querido evitar durante mucho tiempo, durante el cual me he mostrado fuerte, impasible, valiente y por ello había conseguido el “auto-control”, tan necesario para sentirme equilibrado/a.
Sin embargo, todo recipiente acaba llenándose, y tenía que ocurrir.
Si analizamos y observamos la “explosión emocional”, nos daremos cuenta de que no surgió de la nada, sino que durante un tiempo impredecible, he estado “aguantando” y no permitiendo que aflorasen mis sentimientos más profundos, algunos, inconscientes. Por tanto, podríamos decir, que si los negaba, no les permitía salir, en realidad, no los aceptaba.
Y si seguimos buceando, quizás descubramos pensamientos de “auto-exigencia”, como por ejemplo, “tengo que estar bien”, y por ello, me reponía, ocultaba mis emociones más profundas, y “gracias a ello”, podía seguir viviendo, con la sensación “falsa” de control y equilibrio.